jueves, 24 de diciembre de 2009

(Navidad)

Uno extraña su casa cuando menos se lo espera.
Yo, de mi casa, extraño los adornos azules, el olor de la cocina, mover el coche cuando lo dejo mal estacionado, que mi hermana me robe la ropa y los abrazos de mi madre.
Quisiera estar con ellos. Cenar juntos en la casa, comer durante días lo que mi mamá prepare para hoy en la noche y abrazarnos después de brindar y decirnos que nos amamos.
También quisiera que mañana pudiera bajar al árbol y encontrar una sorpresa. Tengo 23 años y Santa no se ha olvidado de mi. Quisiera que mi papá bajara cuando mi hermana y yo abrimos los regalos y que nos tome fotos. Horas después, quisiera que bajara mi mamá y desayunáramos en el piso de la sala.

En Amsterdam hay mucha nieve y una chimenea frente a mi. Hay un regalo sorpresa que Santa metió a mi maleta y abriré hasta mañana. Pero me hace falta mi casa... esa que extraño tanto aunque quizás no esperaba hacerlo.

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