domingo, 18 de abril de 2010

Desencuentros

23 de octubre de 2010
Y cómo no sonreírle. Ahí estaba todo. El pasto artificial, una diminuta esfera volando en la dirección errónea y el infantilismo olvidado. Estaba la sorpresa, la timidez y el deseo de más.
De ahí el registro. Nada de poético. Poseerlo en unos cuantos párrafos y listo. Deshacerse del pasado, fingir que no ha existido. Pero esas sonrisas... Cómo no. Alegría desperdigada por la piel.
¿Y si te beso? Lo haré luego. Rodeada de otros, de tantísimos rostros que nos desconozcan. Después de tentarte, de explorar tus manos y anhelar sentirte; cuando se nos ocurra desdeñar la resistencia. Y luego quién sabe. Encerrarnos en un cuarto y no salir durante horas. Mirar los ojos miel y respirar de ti. Y luego quién sabe.
Qué tontería, escribir un diario.

***

Parpadea incrédulo, sentado en el sillón de color claro de la sala. Vuelve a leer. Da vuelta a la página y revisa los párrafos previos a esta última anotación. Luego explora los que le siguen. Cierra los ojos.
Escucha, desde el cuarto, el sonido de la regadera y decide no moverse. Se pone los lentes, se los quita. Va a la cocina, se sirve café. Le sirve a ella. Se queda esperando a medio pasillo. La imagina con la bata blanca y la ridícula toalla acomodada en forma de turbante para secarse el cabello. Reconoce el estallido del perfume cuando cae sobre el cuello y el click del reloj sobre la muñeca izquierda. Después oye el cierre de la falda y el ruido de los tacones sobre el piso de madera.
Cuando sale de la habitación y lo mira, le sonríe. Como si no pasara nada. Observa el café sobre la mesa pero le dice que ya se le hace tarde. Él calla.
–Nos vemos luego.

No contesta. Escucha el disminuir del sonido de los tacones hasta que se pierde por completo cuando ella entra al elevador. Regresa al sillón. Vuelve a tomar el cuaderno en la mano y relee cada línea que escribió para él. Hace tiempo que dejó de preguntarse la razón. Entonces elige volver a callar, todo con tal de que se quede.

-Música: Jessica's theme, cortesía de Bruce Rowland

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