miércoles, 10 de febrero de 2010

Sobre la belleza

¿Será que la belleza es triste? ¿Que es aplastante y se le teme por el peligro de que se nos escape?
Entonces habría que aceptar que el espejo es un verdugo. Es un cruel pedazo de vidrio que, a través de su superficie lisa y brillante, grita lo indeseable y obliga –al que en él se contempla–a buscar parecerse a lo que las revistas de moda y figurillas artificiales (que alguna vez fueron seres humanos ‘naturales’) esculpen en el inconsciente colectivo como referente de perfección y hermosura.
Habría también que aceptarnos como esclavos del sufrimiento; porque lo preferimos como forma de vida con tal de obtener reconocimiento y alguna (o varias) de las siguientes frases:
“Hoy te ves hermosa/guapísimo”
“Qué guapa/guapo sales en esa foto”
“¡Cómo has adelgazado!”
Como rehenes de la belleza adulterada, se inicia con restricción de antojos, ejercicio, ropa de marca, coches lujosos y –en el caso de las chicas– maquillaje y un buen par de zapatos. Se intenta proyectar ‘el paquete de todo incluido’, y el trilladísimo ‘soy hermoso por d-e-n-t-r-o y por -f-u-e-r-a’.
Conforme transcurren los años, el triste rehén intenta disimular las arrugas, canas, gordura y demás testigos del paso del tiempo por un cuerpo que solía ser ‘bello’ y ‘deseable’. Se transforma en un ser melancólico, que la ‘gente joven’ observa (casi con lástima) y critica brutalmente; siempre desde su estúpida perspectiva en la que se cree ajeno e inmune a tan tremendo abismo que tarde o temprano también terminará por devorarlo.

2 comentarios:

  1. Orale...me gusto lo que escribiste...en resumen: "Como te ves me vi"...=)

    Osxcar

    ResponderEliminar
  2. Hola Osxcar,
    Pienso que a todos nos afecta, aunque sea a diferentes niveles y en distintas etapas de nuestras vidas.
    Gracias por el comentario.
    Saludos.

    ResponderEliminar