lunes, 3 de mayo de 2010

Instrucciones para perder la paciencia en una tarde cualquiera



Pequeñas aclaraciones para leer este post:

PL = Pinche Loca
PM = Pinche malagradecida

I.
Saliendo de la farmacia, veo a PL caminando por una banqueta. Atrás de ella, una niña hermosa –como de dos años– corre horrorizada:
–¡Mami! ¡Mami!

Y PL responde:
–Ah pero andabas muy payasita, ¿no?

La niña, aún asustada porque PL amenazó con dejarla abandonada a media calle, sigue llorando. Por una terrible casualidad del destino, camino unos pasos atrás de ellas. Medio minuto más tarde, PL vuelve a perder un tornillo y se detiene. Jaloneando a su hija del brazo izquierdo, dice:
–¿Sabes qué? ¡Olvídalo! Mejor regreso mañana que no estés tú. Sí, mejor vengo mañana sin ti porque ve nada más como arruinas las cosas.
–¡No, mami! ¡Por favor, mami!

La niña sigue llorando y PL se la lleva jalando del brazo por toda la banqueta. Para bien o para mal, me mordí la lengua, caminé hacia la tienda más cercana y me aguanté las ganas de jalonear a PL y recordarle que no estaba tratando con una PL igual que ella sino con una niña que –se supone– debía cuidar y amar como a nada en el mundo.

II.
Saliendo de la tienda más cercana, veo a PM sentada a mi izquierda. Como yo, espera que el valet traiga su coche. Cuando un señor de bigote desciende de un auto color plata, PM solicita:
–Ay, pero ¿me abre la cajuela P-O-R-F-A?

El señor, amablemente, lo hace. Tan pronto como PM se acerca, exclama:
–Ay pero ¿me puede quitar esa ropa P-O-R-F-A?

El señor, sin perder la calma, saca del compartimiento varias camisas de tintorería, ayuda a PM a meter sus compras y luego, con cuidado, reacomoda la ropa recién planchada. Entonces PM se aleja, el hombre cierra la cajuela y espera pacientemente. Cuando PM se da cuenta ‘de que algo se le estaba olvidando’ entrega el boleto del valet, se sube a su coche y se larga. De las 'gracias' y la propina, nada.

4 comentarios:

  1. ¿No extrañas los "good-old-times" de Enrique VIII en los que simplemente podías decir "Off with her head!" y el mundo se volvía un poquito más brillante?

    ResponderEliminar
  2. ¿La propina y la gratitud son lo mismo? Lo pregunto por que a estas fechas pareciera que la propina, se ha vuelto como parte de un impuesto cuando te prestan un servicio. Es decir, los prestadores te atienden con la asunción de esperar propina... yo digo, NO. La propina es un reconocimiento por una labor sobresaliente... then again, la descripción que haces sí me hubiera dejado con la idea de desprecio básica para con ambos especímenes, más la primera; pero de la segunda... es sólo una pincess-princess que cree que con hacer una voz chillona ya se tiene que poner el mundo a sus pies, impresiones a fin de cuentas.

    Keep typin'

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Ahora que lo mencionas, pienso que hemos convertido la propina en una analogía de la gratitud. Y claro, no siempre es merecida.
    Con base en esto: definitivo, el hombre merecía un gesto, como tú dices, de reconocimiento. Sobre ellas... bueno...
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar