domingo, 16 de agosto de 2009

Siempre nos quedará París

Empleó una frase de Humphrey Bogart para despedirse de mí. Luego me puse a llorar.
Tiene razón; siempre quedará B., la música, el cine, las pláticas y el gusto en común por millones de detalles. Siempre quedará, además, la comprensión.
Me olvidé de algunas cosas. Dejé la ropa en el cajón, los zapatos dentro del clóset y de decirle tantas cosas que ahora ya no recuerdo.
Me olvidé también de devolverle las llaves de la casa, unas cuantas películas de arte y de gritarle de enojo por mi cobardía.
Pero eso no es todo. Al final, me olvidé de creer: que nunca es demasiado tarde y que, con las lágrimas y todo, aún podía haberme bajado del coche para regresar y, en un abrazo, arrepentirme de todo y decirle que nunca más me iría de su vida.

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