jueves, 16 de diciembre de 2010

NY, NY

Me sentí desconfiada de tan solo mirar mis pies sobre el pavimento y antes de decidirme a tomar el taxi desde el JFK. Estaba sola.
Así conocí el Nueva York del movimiento; en vida desde las primeras horas de la mañana pero tan ausente de ti. Conocí el Nueva York del crepúsculo, el que alberga banquetas que se cubren con nieve a la salida de una tienda departamental y donde un parque transcribe una laguna en elixir y las hojas de sus árboles en románticos desplegados cinematográficos que los turistas tanto desean fotografiar. Conocí el Nueva York que transforma el número cinco en una avenida de lujo y excesos; de moda y aspiraciones que se no se alcanzan más que en el reflejo de la silueta de los paseantes sobre un aparador. Conocí el Nueva York vacío de tus manos y tu mirada complaciente, de tu sonrisa cómplice y de la sorpresa de saberte ahí. Conocí el Nueva York que compacta y sazona el éxtasis en un plato de pasta al pomodoro y en un postre de limón con cargo a tarjeta de crédito; el Nueva York de un botones llamado Daniel y el Nueva York que me dejó grietas en los labios por el exceso de viento helado golpeándome la cara. Conocí, además, el Nueva York del celuloide, me derretí mirándole los ojos azules y me sentí ajena a la genialidad de los dos personajes de anteojos de quienes nació el nuevo-viejo-oeste con un guión adaptado en mano. Conocí el Nueva York hipnótico, el de la música en escena, que extrae suspiros y lágrimas de sus asistentes y que me puso a cantar desde una de las butacas que adornan un teatro ubicado en una calle con apelativo numérico. Conocí el Nueva York de noche, de las calles desiertas en la madrugada y del hielo por el que me deslicé en un arranque de locura infantil.
Reconocí el Nueva York de siempre, el que se renueva con cada visita para volver a abrirse –como la obra de Eco– ante mis pasos y que volverá a tornarse desconocido cuando, en mi próxima visita, regrese a sus calles para develar sus secretos.

1 comentario:

  1. Suena que en ese viaje hubo de todo...menos aburrimiento.....=)

    Saludos

    Oxscar

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