lunes, 13 de septiembre de 2010

De trabajo por la playa

Me fui de trabajo a Los Cabos. Y nada, que concluí algunas cosas que espero no olvidar:

I.
Los antibióticos y demás medicamentos son un invento perverso de las farmacéuticas que buscan llenarse los bolsillos a costa de la gripa ajena. A pesar de que la noche previa al viaje sufrí de fiebre y dolor de garganta que me llevó a sentirme como el mismísimo Raskolnikov, en Crimen y castigo, cuando mis hermosos pies tocaron el mar y la arena, la gripa desapareció.
Conclusión: Hay ocasiones en que el trabajo y las presiones de la vida ocasionan gripa. Para estos casos, la solución es largarse al mar.

II.
–Doctor, ¿entonces el tabaquismo es tan grave como la disfunción eréctil? ¿Los dos provocan infartos?
(doctor invitado y doctor host de la conferencia esconden la cabeza entre las manos)
–No, la disfunción eréctil no te mata. Es un indicador de que las arterias del cuerpo están dañadas y que, si no se atiende aquello que provoca este problema, el paciente podría sufrir un infarto a largo plazo.
–Ah, gracias.

–Doctor, ¿cada cuántos casos atiende de jóvenes menores de 20 años?
–Dos de cada cien.
(cinco minutos después)
–Doctor, nada más quiero puntualizar algo.
(todo el auditorio esconde la cabeza entre las manos)
–¿Qué porcentaje de jóvenes menores de 20 años acude a consulta?
¬–El 2%
–¿El 2% de cuánto?
–De cien...
Conclusión: Hay periodistas que dan miedo. Bien valdría la pena desconfiar de algunos.

III.
La belleza duele, y mucho; aún cuando no todo el mundo esté de acuerdo en lo que quiere decir ‘bello’. Yo, por ejemplo, desconfiaba de que un buen bronceado lo fuera. Me parecía, por ejemplo, que Roberto Palazuelos era una persona infeliz y que por tanto bronceado era probable que ya tuviera todos los órganos quemados. A pesar de ello, decidí ‘gozar’ de mis horas libres tumbada frente al mar y bajo el sol de mediodía. Me la pasé ‘bomba’, increíble, tan ‘chill’ como no lo había hecho en muchos viajes...
Conclusión: Gripa reciente, presiones laborales y angustias existenciales pueden llevar a un(a) pobre perturbado(a) a pensar que la felicidad se encuentra en tumbarse cinco o seis horas bajo el sol mientras se le calcina la epidermis y secretamente se gestan los gritos de dolor que después cobrarán la forma de: “¡Maldita sea! ¿¡Qué estaba pensando cuando decidí asolearme!?” Yo, por lo pronto, no lo vuelvo a hacer...

2 comentarios:

  1. Gripienta.....presionada....perturbada.... y a eso agreguen cancer de piel...ja ja ja ja...=)


    Aun así no suena mal irse a Los Cabos por motivos de trabajo....¿Seras la "Roberto Palazuelos" de CM?.... ja ja..

    Saludos

    Oxscar

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  2. Querida redactora:
    De tus tan acertados comentarios, yo también generé ciertas conclusiones:

    1. Sí, ante cualquier problemática, largarse al mar es la solución.

    2. No sabía que Inés Sainz había ido a cubrir este evento contigo. Ante la forma tan ruin que profanó tu evento, la solución era... largarse al mar.

    3. Como ya estabas en el mar, aquí no había solución.

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