domingo, 29 de enero de 2012

Calcetines

Cortarle la etiqueta a un par de calcetines nuevos. Diecinueve parejas esperando autorización para adherirse a dos extremidades friolentas. Casi teinta y ocho evasores de ampollas, de gérmenes, y sólo a regañadientes se dejan empolvar con talco por el bien de las narices ajenas.
Cortarle la etiqueta a un par de calcetines nuevos. Tomar cuidadosamente las tijeras y dejarlos en libertad. Sentir pena por ellos. Nunca habrán de codearse con una lujosa dupla de tacones, nunca habrán de conocer el mar. Su destino será perderse en un basurero sin haberse besado con la arena, sin humedecerse en la nieve y sin dejarse envolver por sandalias que recorran empedrados para tropezarse con un chicle o los agonizantes restos de una nieve de limón.
Cortarle la etiqueta a un par de calcetines nuevos. Buscar la estrategia ideal para combinarlos. Confeccionar un croquis mental de ganchos, estantes, cajones y cajas de zapatos deportivos para encontrar a la pareja ideal de cada funda de pie. Y es que –claro está– los calcetines son ermitaños por excelencia. Viven solos y se reencuentran –como los andróginos– con su ‘otra mitad’ hasta el final de su existencia, hasta que alguno de ellos es sorprendido con una abertura más o menos redondeada o su resorte pierde la fuerza para evitar que la tela resbale desde el talón y hasta el tobillo. Entonces, y sólo entonces, las parejas vuelven a encontrarse y parten juntas hacia un lugar mejor.

jueves, 12 de enero de 2012

La Hidra Mexicana

Alguna vez –allá por 2008– era una estudiante que todos los meses cargaba orgullosa con su ejemplar de Letras Libres. Ya es bien sabido que uno es reflejo de lo que lee y, por aquel entonces, yo quería ser académica/filósofa/escritora, por lo que me devoraba aquellas páginas en la comodidad de mi hogar. Ahora que ya no tengo tiempo para leer ni escribir sobre aquello que me gusta (y con el estilo que me gusta), dependo de Twitter y uno que otro blog para revisar los escritos de aquella publicación.
Hoy encontré un texto disfruté y considero pertinente para ‘estos tiempos’. Yo nunca publico nada de política pero bueno... aquí va el link: La Hidra Mexicana, de Roger Bartra.

[Llamó mi atención por el título. Me considero admiradora de la Hidra de Lerna, monstruo de la mitología griega capaz de generar dos cabezas en caso de que una le fuera cortada]