lunes, 31 de enero de 2011

A John Barry

No recuerda la primera vez que escuchó su nombre. Lo que sí tiene en la mente es aquella noche en que la hizo llorar. Estaba en el coche, pensando en cómo sería dominar el tiempo y en todo lo que no podía ser. Entonces la invadió el sonido que él creó para los dos amantes que vivían en distintas épocas y que, al final de la película, ‘vivieron felices para siempre’. Se identificó: wishful thinking. La belleza de la música la colmó del romance y su fuerza abrasadora se transformó en acompañante. Aquellas armonías eran su voz. Las palabras inexpresadas eran homólogas de aquella composición universal. Era un canto que manifestaba sus inquietudes. Eran tres minutos de una pista sonora que hablaba por ella.
Cuando escribía para J., nuevamente apareció como testigo. La tristeza del piano era también la propia. Era nostalgia, promesa y dulce aspiración. En la vida de otros volvió a encontrarse. En la pieza musical que creó para esas experiencias ajenas, también encontró su historia.

A. llegó con la noticia a las diez de la mañana de hoy: “Se murió John Barry”. Silencio al otro lado de la línea. Ella pensó en la primera vez que escuchó Somewhere in Time y lo mucho que le impactó enterarse de que él fue el artífice de la música de un gran número de filmes de James Bond. Luego le adoró por tantos otros temas como Dances with wolves, Indecent Proposal y Out of Africa. Para ella es leyenda y le duele pensar en lo que se ha perdido con esa vida que apagó por un ataque al corazón. http://www.youtube.com/watch?v=rf8C_fkEXqQ

viernes, 28 de enero de 2011

Damon por Damon

Con el fin de recordar la maravillosa experiencia que tuve en el último viaje a NY, dejo aquí el texto que escribí sobre la entrevista con Matt Damon en relación a 'True Grit'. Para evitar que me demanden o encarcelen, aclaro que éste forma parte de la edición de marzo de la revista Conozca Más y los derechos totales (o cómo se diga) son exclusivos de la empresa para la que trabajo. Habiendo aclarado el punto, he aquí:

Matt Damon
Regresa del viejo Oeste para hablar de su experiencia en True Grit.

No entró a la habitación con una pistola que nos recordara a Jason Bourne. Tampoco vestía un sombrero y botas como en su papel de La Boeuf en el más reciente filme de los hermanos Coen. Matt Damon asistió a nuestra cita con jeans y comiendo una galleta de chocolate sin dejar de sonreír. Y cómo no estar feliz: acababa de hacer un sueño realidad. “No sólo era trabajar en un western sino ser dirigido por los hermanos Coen y actuar a lado de Jeff [Bridges] y Josh [Brolin]. Imagínate que suena el teléfono y los Coen te dicen que están considerándote para un papel en su siguiente película. ¡Es muy emocionante!”, dice Matt. Su preparación inició tan pronto entró en contacto con los directores. Dado que el objetivo no era rodar un remake del filme de 1969, no vio la película –que compró y ahora sigue sin abrir en su casa– ni pidió consejos de actuación a su amigo Clint Eastwood. “Sólo leí el libro. Es una gran pieza literaria que me había perdido. Luego leí la adaptación y yo que escribo guiones puedo decirte que es maravillosa”.
Para Damon, el encanto de True Grit está en el temple de acero de Mattie, interpretada por Hailee Steinfeld, que describe como una verdadera profesional. “Estaba en shock por la desenvoltura con que se movía. Yo tengo una hija de 12 años y verla a ella, de 13, era realmente alarmante [ríe]. Era interesante verla dirigida por los Coen porque no la trataban como a una niña, sino como a Jeff o a mí”, dice. Sobre el rodaje, Matt explica que le intrigaba saber qué pasaría si los Coen llegaban a tener alguna diferencia. Sin embargo, eso nunca sucedió: “Pienso que fue porque ambos leyeron el libro, lo amaron y planearon cómo hacerlo. Juntos hicieron el guión y los storyboards. Son unos maestros de la planeación y, si había alguna diferencia superficial, confiaban plenamente en el otro”.
Cuando ya se había terminado la galleta –y el café que dejó sobre la mesa– le preguntamos por qué el público actual debería de sentirse atraído por un personaje de western cuando pareciera que el cine contemporáneo está enfocado a superhéroes, tecnología y evolución. “Lo que sucede es que estamos preparando una segunda parte en donde los Transformers nos invaden. True Grit es solo el principio, luego haremos 14 secuelas y una nueva mezcla de Transformers”, bromea y todos los presentes estallamos en risas. “No, en serio, aunque haya 3D, superhéroes y en algunos casos se busque escapar y ver cómo alguien vuela en pedazos, nunca he perdido la fe en que hay público que sólo quiere ir al cine a ver una buena historia que esté bien narrada”, agrega.
Entre sus planes a futuro está el de desarrollar un nuevo proyecto con Ben Affleck y dirigir un filme propio. Está convencido de que siempre se debe trabajar en aquello que se ama y mientras describe su pasión por la actuación, su entusiasmo se vuelve contagioso. “No puedes hacer una película de superhéroes y trabajar dos años en ella sólo porque ‘es lo que funciona’. Con Good Will Hunting nos dijimos: aunque sólo la vea nuestra familia, la vamos a amar”. Tras asegurar que su única preocupación para lograr el éxito de la cinta de sus sueños es reunir presupuesto para producirla, reflexiona y –antes de salir del cuarto– exclama sonriente: “Quien sabe, a lo mejor puedo poner unos Transformers en ella”.

jueves, 27 de enero de 2011

'Forbidden Friendship'

Y se tomaron de las manos para volar. Una percusión tras otra. Un golpeteo más. Metales cóncavos en armonía y en la más absoluta complicidad. Sutil repique levantándolos del suelo con ligereza. Su mirada partícipe de tu sonrisa. Sus movimientos de cabeza y tu peculiar manera de morderte el labio inferior. Más metales. Campaneos brincando en la más perfecta progresión. Tintineo encauzado al cielo. El inicio de la sublimidad ocasionada por la intermitencia de las cuerdas. Los párpados caídos por la irrupción del viento mágico de la flauta. Poesía sonora elevándolos por esas dimensiones estéticas que solo ustedes comprenden. Jugar a identificar los instrumentos y sus orígenes. Fallar. Reír por esas razones que nadie más entiende. Su entusiasmo intensificado por la entrada de los coros paradisiacos y la convulsión de los violines. A los dos minutos con cincuenta y ocho segundos, los arcos subiendo y bajando en resonancia celestial. Segundos contoneándose al compás de la agudeza de su voz al emanar de la madera. La más perfecta cadencia expresada en un pentagrama que millones ignorarán. No importa. Continuarán inventándose sueños. Seguirán surcando el edén al que los llevan sus sentidos, fantaseando con la musicalidad que otros desdeñan y que a ellos les basta para estirar las alas y desaparecer.

John Powell es uno de los nominados al Óscar por el score de 'How to train your dragon'. No he visto la película pero ayer llegaron los tracks a mis manos y, hoy que los escuché con atención, emprendí el vuelo: http://www.youtube.com/watch?v=WfHAuO2_Gc4

domingo, 23 de enero de 2011

XIV.

Bajarán del tren y arrastrarán las maletas por el suelo mientras fabrican imágenes ficticias de lo que aún no han visto. Limbo de preciosas edificaciones aún inexploradas. Tan lejanas como los pasos que los separan de la puerta de salida.
Ahí, afuera, está el mundo. Más excelso que las más poéticas representaciones. El agua color turquesa. Develación de las sorpresas de cada una de sus islas. Su sonrisa tan incrédula como la tuya. Un paseo por el canal. Hermosa vista desde los balcones; la fantasía superada por la realidad. Paisajes vírgenes de su mirada. Un rincón del Mar Adriático en deconstrucción.
Se desplazarán a través de sus aguas. Ella volverá para escribir sus días de viaje y, cuando relea esas líneas para ti, una curva se dibujará sobre tus labios.

Música: 'Elise offers a ride', de The Tourist, cortesía de James Newton Howard

sábado, 22 de enero de 2011

XIII.

Ella está en la cama. Lee escondida bajo las cobijas mientras tú manejas hacia el departamento al que se acaban de mudar. Cuando escucha la puerta, apaga la luz del buró, deja caer el libro de 750 páginas al suelo y se hace la dormida. Para no despertarla, prefieres caminar en la oscuridad y tropezar con las cajas –aún sin abrir y acomodar– que están mal repartidas a lo largo y ancho de la sala. Entras al cuarto sin hacer ruido. Observas la pijama y los calcetines que ella dejo sobre la colcha. Sonríes. Acomodas la ropa sobre el perchero pero no te quitas el anillo de oro del anular izquierdo. Ya con la pijama, te metes bajo las sábanas y la miras. Vuelves a sonreír. Cuando te das la vuelta para intentar conciliar el sueño, ella te abraza por la espalda. También sonríe. Dice que te extrañó durante las dos horas que estuvo sola en la casa y te besa. Decides que al día siguiente la sorprenderás con el desayuno. Tú también la besas, te gusta cómo se acomoda entre tus brazos y, antes de cerrar los ojos, piensas en cuánto deseas que nunca más haya una noche en que vuelvas a dormir sin ella.

jueves, 20 de enero de 2011

La vida después de Twitter

@Versace, Viktor & Rolf, Marchesa.
@Angelina Jolie, Natalie Portman, Olivia Wilde.
@Todas las mujeres presumiendo sus Louboutins.
@¿Qué? ¿Catherine Zeta Jones ya se restiró la cara?
@Anna Hathaway se ve gloriosa.
@Odio el estilo de Alexa Chung, demasiado desaliñada para mi gusto.
@El vestido de Michelle Williams parece de tela de la Parisina.
@Scarlett Johansson luce verdaderamente guapa.
@Ah, Ryan Gosling.
@Los ‘chistes’ de Ricky Gervais no me parecen graciosos. Ya que se calle.
@Glee se llevó la noche. Le daré una oportunidad.
@Compositores nominados: Trent Reznor/Atticus Ross, Alexandre Desplat, Danny Elfman, A.R. Rahman, Hans Zimmer.
@Compositor merecedor del Globo: Hans Zimmer.
@Compositor(es) ganador(es): Trent Reznor/Atticus Ross
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@¿Merecidísimo? Escribiré el guión de una película de una drogadicta y pediré a mi hermana que utilice como tambores los sartenes de mi madre. Todo para ‘simular caos’. Luego le pediré a mi mejor amiga que me pase sus tracks favoritos para ir de antro. Luego mezclaré todo. Luego ganaré un Globo de Oro por ser ‘alternativa’, ‘original’ y ‘saber de electrónica y efectos de sonido’.
@Ahora cualquiera gana un premio por mejor score.
@Directores nominados: David Fincher, Darren Aronofsky, Tom Hooper, Christopher Nolan, David O. Russel.
@Director merecedor del Globo: Darren Aronofsky... Ok, ok, también Christopher Nolan.
@Director ganador: David Fincher
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@¿Merecidísimo? Fincher es bueno, buenísimo. ‘Seven’ es una joya. ¿Mejor que Nolan o Aronofsky? Don’t think so.
@Natalie Portman, embarazada, luce aún más linda. Su vestido es espectacular.
@Películas nominadas: The Social Network, Black Swan, The King's Speech, Inception, The Fighter
@Película merecedora del Globo: Inception... Ok, ok, también Black Swan.
@Película ganadora: The Social Network
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@He perdido la fe en la entrega de premios.
@¿No lo merecía?
@NO.
@¿Según quién?
@Según yo. Subjetividad. Por eso me divierte. Todos hablan 'sin saber'.
@Pero ¿el tema que trata no es relevante y de gran impacto social?
@¿Y el nivel cinematográfico en general? ¿Y la producción? ¿Y la música? ¿Y el estilo del director? La dirección de arte de Inception utilizó sólo 5% de pantalla verde. ¿Qué mérito, en cambio, tiene viajar a Harvard para filmar?

Vi la entrega de los Golden Globe Awards en TNT. A través de su twitter, un amigo de la universidad difundió que el programa podía disfrutarse sin las calamidades del doblaje con tan sólo apretar: ‘ajustes’+’idioma’=listo.
Luego comenzó el show. ‘Transmitía’, segundo a segundo, mis impresiones en twitter. Sí, subjetividad absoluta. Puro y simple gusto. Quién ‘traía buen outfit’. Quién no. Quién merecía el premio. Quién no. Mis amigos y maestros también. Acuerdos. Desacuerdos. Gloria. Berrinches. Signos de admiración. Cejas levantadas que casi podía mirar en la ironía de los tweets de algunos. Hubo instantes en que ‘le gané' a Time. Sí, a la gran revista. Yo, Teresita, escribí un tweet del ganador con mayor rapidez. Información al momento. Actualización ininterrumpida. Carrera constante, como el Conejo de Alicia. Perdón, tengo que irme. Voy a ver qué hay de nuevo en twitter.

miércoles, 12 de enero de 2011

John Williams by John Williams

Es la primera vez, en más de dos años, que tengo la oportunidad de escribir sobre la música que me gusta. Y estoy fascinada. El texto intenta esbozar la manera en que se compone una banda sonora. Aún así, no hablaré de John Williams porque tengo la idea romántica de que algún día lo entrevistaré y, ahí sí, ahondaré en su trabajo. Sin embargo, estaba leyendo sobre el tema y me encontré con una entrevista que le hizo Tony Thomas en los noventa. Y nada, que vengo a copiar dos de las preguntas y respuestas por el puro gusto de recordar por qué me apasiona tanto su trabajo.

Nota: J.W. dirigió Jane Eyre la primera vez que volé a Boston para verlo. Sobra decir que la experiencia me cambió la vida.

I’ve heard you say that Jane Eyre is one of your own favorite scores –beautifully rhapsodic music but again nothing like the Violin Concerto, with its harmonic complexities and advanced tonalities. Where does your musical heart lie?

I think that Jane Eyre is very close to my musical heart. It comes out of Yorkshire, you know the Brontë book. And it’s created folk music, if you like, and I like it to play it because it is gratifying for the orchestra and melodic in a very colorful and atmospheric way. And if one could say that one’s heart lies with one’s own music and still be within acceptable taste, then I can say that something of my heart lies with some of that music. In the case of the Violin Concerto, it’s dedicated to my late wife Barbara and some aspects of that piece lie within my heart, also even though the technical apparatus that presents it may be, on the surface, somewhat different, the connections to the heart are just as direct.

You’ve been very successful. Presumably you can now do only what you want to do –or am I assuming too much?

Well, I think it maybe assumes a little too much. Within the affairs of all of us, we rarely can do always exactly what we want to do, and perhaps it wouldn’t be a wholesome state of affairs if we could. It isn’t true that I can pick and choose every film that I want to. And I probably wouldn’t want to do that even if I could because the burden of picking a winner could become very great. There are films that I would have liked to have done. I will always say that I have been very lucky, but I think success can be such an illusion, a state of mind, and if you can wear it healthily and in a wholesome way, it’s fine. It can be very damaging to a lot of people. I consider myself being fortunate to be working with the people I do. As long as my energies are intact and I love music then I just figure I am the luckiest person in the world to go on the stage with these great orchestras, and it is a job. I really don’t think about it as being the result of a success. I think I’ve been given a great gift.

lunes, 10 de enero de 2011

Del dolor y otros demonios

Por culpa de Dios, de la vida o de mi sacrosanta genética puedo definirme –entre otras muchas cosas– como una genuina amante de las artes culinarias. Mis gustos han variado poco con el tiempo. Cuando era bebé, odiaba la gelatina y le hacía pensar a mi madre que la comía con todo gusto. Mentira. Ahora, siendo ‘grande’, la sigo detestando. Lo mismo con tantos otros platillos. Lo que me gusta ahora me ha gustado desde siempre. Póngaseme un plato de vacío o bife de lomo sobre la mesa y puedo terminar con él en una tarde de autocomplacencias y cerrar con broche de oro y una sonrisa extática que ni Santa Teresa de Ávila (sí, la de Bernini) podría igualar en su momento de mayor placer. Lo mismo con las pastas, las pizzas y los postres. Presénteseme un merengue con fresas y helado de vainilla y Speedy González perdería el duelo para devorar el manjar con la mayor rapidez posible. Añádase una crepa de nutella o cajeta y la experiencia sería inmejorable. Para mi buena fortuna (que imagino también es culpa de Dios, de la vida o de mi sacrosanta genética) mis pésimos hábitos alimenticios tienen poca afectación en la báscula. Sobra decir que Keira Knightley nadaría en cualquiera de mis jeans o suéteres pero también vale la pena decir que yo la encuentro excesivamente delgada. En conclusión, para los gustos que me daba de lunes a domingo, la realidad es que me sentía más que a gusto con la imagen frente al espejo. Una hora de gimnasio al día (para la expiación de los pecados) y volvía a sentirme lista para la batalla. Me repetía que dejaría las dietas para mi vejez. Pensaba –ilusa– que bien valía la pena aprovechar mi juventud para comer todo lo que a mi señor padre se le tiene prohibido (a riesgo de que las grasas saturadas le obstruyan las arterias) o lo que con la edad debe de evitarse por aquello del ‘alentamiento’ del metabolismo (y, ahí sí, engordar). Pero ¡oh, mala fortuna! ¡Tenía que alcanzarme la edad y el cuerpo había de fallarme! ¡Ya decía yo que a los 24 la vida ya no era la misma! En las primeras horas del año, mi papá (también conocido como Don Tereso) me informó la triste noticia de que ‘algo en mi’ no procesa adecuadamente los lípidos que los médicos conocen como triglicéridos. ¿Resumen? Adiós café, suculentos cortes de carne, queso, pastas y uno que otro chocolate. ¡El infierno en la Tierra! ¡Una vida a semi-dieta que no elijo y que me rehúso a seguir! ¿Las consecuencias de no seguir las indicaciones? Morirme antes de los cuarenta por un infarto. Inevitable obstrucción del tránsito del torrente sanguíneo. Bueno, no, no es para tanto, pero podría pasar. Algún día. Nada grave, dicen, pero aún así no podré comer como antes. Negación, negación, negación. Eso es para los amigos de mi papá, para quienes cumplen 40 años o más. Yo –la que encontraba placer en la comida– ahora sufre, ansía lo que no podrá degustar durante un tiempo y se queja amargamente en este único espacio que construyó para hacer dramas innecesarios y patalear cual niña en plena necesidad de que alguien presencie sus berrinches.

domingo, 9 de enero de 2011

Instrucciones para un show-off dominguero cualquiera

  1. Póngase un vestido cortitito para ir al antro y que el escote no deje casi nada a la imaginación (o vístase como monja y finja-ser-virgen cuando asista a la universidad) y pésquese al marido 'perfecto'/Alardee de su coche último modelo, cómprele rosas rojas cuando sea su aniversario, páguele la ropa en las tiendas de autoservicio y pésquese a la esposa 'perfecta'.
  2. Ambos: Una vez casados, organicen una comida familiar en domingo. Opten por el restaurante que reseñaron en la última edición de la revista Hola/Caras/Quien aunque no tengan la más remota idea de quién sea el chef que lo dirija. Lo único importante es que ahí asista la-gente-bonita a la que se quieran parecer y con la que se quieran codear.
  3. Baje reluciente del coche último modelo del marido que se pescó/Ábrarle la puerta a la muñequita de porcelana que se pescó.
  4. Presuma la ropa fina que eligió para el último día del fin de semana, que luzcan bien los implantes que un cirujano le colocó hace un par de meses y cuélguese en alto la bolsa de marca prestigiada que le sacó al marido en la última navidad a cambio de una buena noche de sexo/Presuma los implantes que un cirujano le añadió a su Barbie hace un par de meses y la ropa de marca que ésta le eligió en el centro comercial como compensación después de que le regaló una buena bolsa a cambio de una buena noche de sexo.
  5. Ambos: Entren al restaurante tomados de la mano. Sonrían a los meseros, como si éstos los conocieran de siempre. Intenten hacerse sus 'amigos' y dejar una buena propina para que los traten como a los señores que sí reconocen y tratan como reyes desde hace años.
  6. Ambos: Saquen la Blackberry de funda multicolor y colóquenla sobre la mesa. No querrán que alguien dude que tienen aquel aparetejo del demonio que se ha transformado en moda.
  7. Ambos: Pidan los platillos que reseñaron en la última edición de la revista Hola/Caras/Quien aunque no tengan la más remota idea de lo que contengan. El punto es verse nice.
  8. No se queje de usar tacones en domingo, el punto es verse más ‘chula’ que todas las otras féminas de su alrededor/Deje de voltear a ver a las rubias de las mesas contiguas. ‘Usté’ está ahí para que lo miren, no para mirar.
  9. Ambos: Emborráchense con la botella de vino que reseñaron en la última edición de la revista Hola/Caras/Quien aunque no sepan que el tinto es para la carne y el blanco para los mariscos. Ajá, también olvídense de que éste debe disfrutarse. El punto es verse nice.
  10. Juegue a no observar cómo su marido se gasta en la propina lo que usted antes ganaba en tres días de trabajo (ahora es ama de casa que va al club por las mañanas y de compras por las tardes)/Juegue a presumirle a los empleados del restaurante que usted tiene para pagar eso y más.
  11. Ambos: Suban a su auto último modelo y no dejen de sonreír mientras se alejan en dirección al sol Poniente.
  12. Sigan con su vida de aparador. Felicidades. Lo han logrado.
Por si quedaba alguna duda, hoy fui a comer a un restaurante y algunos alrededores (mesas cercanas, pues) me recordaron algunas impresiones de las que quería escribir hace años.